El proyecto MINGA nace específicamente a raíz de la erupción del Volcán Calbuco, donde JUNJI detecta la necesidad de mantener la continuidad en la atención de los niños en casos de emergencia o para entregarles un espacio físico adecuado a los niños de los Jardines Alternativos.
El proyecto se ejecuta en base a una construcción modular, transportable y autónoma, que permite ser instalada con rapidez (aproximadamente 10 horas, más el tiempo de transporte al lugar de emplazamiento) en zonas geográficas apartadas o ante situaciones de emergencia, cumpliendo además con los estándares que un jardín infantil requiere para su adecuado funcionamiento. El jardín modular tiene un espacio destinado a la docencia y otro a los servicios, conectados a través de un espacio común. Dentro del diseño, se rescatan las cualidades del emplazamiento (sur de Chile) y se plasma en las fachadas, la verticalidad del lugar generada por la naturaleza, sus luces, sus colores y movimiento.
Por la naturaleza geográfica de Chile, existen constantemente emergencias climáticas o catástrofes naturales que requieren una rápida respuesta por parte del Estado. En el caso de la educación pre-escolar, es además una preocupación para las familias poder contar con un jardín que permita a los niños seguir con su proceso formativo y estar seguros. Este proyecto da una respuesta a dichas necesidades y es replicable en todo el país.